Como no podría ser de otra manera, volvemos a unir el placer de viajar con el de conocer algunos vinos y gastronomía de nuestro país, esta vez en La Rioja.
Mi viaje comienza un viernes por la tarde y tras varias horas de atascos llegamos al Solar del Febrer, en Tirgo, La Rioja. Es posible que pienses que no se te ha perdido nada en este pueblo, pero ya te digo yo que encontrarás un hotel rural de los que tiene encanto, pero del de verdad. Poquitas habitaciones, todas con un gusto exquisito, arte en sus paredes y en su jardín, atención personal y muy familiar, un desayuno increíble, y una paz…, además, el Restaurante El Pimiento, lindando pared con pared, parte de la historia del hotel y de la familia que lo regenta.
A pocos kilómetros Haro, Santo Domingo de la Calzada, Laguardia, el Monasterio de Suso y Yuso (uno arriba y otro abajo….:-))
Disfrutamos de varios de estos pueblos, de sus calles y de su gastronomía, entre otros del restaurante La Vieja Bodega, en Casalarreina. Se unen gastronomía local con el mejor vino de la zona en un espacio que, a pesar de ser grande, es acogedor, con un servicio y un ambiente excelente.
Finalmente, llegó el día de visitar las bodegas @RamonBilbao, visita que me hacía especial ilusión. Todos conocemos sus vinos, pero pocos su historia, y de verdad que merece la pena. Si visitas Haro, no dudes en reservar un par de horas de tu viaje para disfrutar de la experiencia.
Habíamos reservado a las 10 de la mañana, incluía visitar la bodega nueva y una cata de 5 vinos. Y podrás pensar… ¿catar vinos a las 10 de la mañana? Pues si, y resulta que es una hora muy buena… tu paladar apenas está “alterado”.
Tras pasar por varias zonas, explicarnos sus orígenes, la evolución, su historia, porque también venden botellas de Licor 43, pasamos a la sala de catas.
Seríamos un grupo de unas 30 personas de todas las edades (lo divertido en estos casos), unos su primera cata, otros ya casi expertos, algunos que seguimos queriendo saber más, pero todos con ganas de aprender y disfrutar de ese momento que solo te regala el vino, los sitios a los que te traslada con sus olores, recuerdos y momentos que has compartido alrededor de una copa, en este caso de Ramón Bilbao, con amigos, familia, ….
Tuvimos la suerte de probar 5 vinos, uno rosado y 4 tintos
Cómo lo describen en la ficha de catas que te encontrarás cuando les visites: “Vino fresco y delicado, de tonos pálidos y sutiles armaos de fruta roja y flores blancas. Elaboramos este rosado a partir de la Garnacha, utilizando un sangrado por gravedad y prescindiendo de prensados mecánicos.”
Es un vino con el color del oro rosa, que se debe servir a una temperatura de entre 7º y 9º, su aspecto es brillante, limpio, aromático, de intensidad media o alta, muy agradable después de dejarlo en la boca unos 3 segundos.
Nos recomiendan maridarlo con espárragos, verduras a la plancha, platos de pasta y risottos.
Ramón Bilbao Viñedos de Altura
En la ficha de catas: “Una atrevida combinación de garnacha mediterránea y tempranillo atlántico consiguen un vino vibrante y pleno de aromas frescos por haber sido recogidos sus racimos en los viñedos de mayor altitud”
Nos dicen que es un vino que se odia o se ama… yo opté por esta última. Te lleva al aroma de la granada o el clavo, y se ha criado en barrica de roble francés, es algo áspero en boca, pero es poco ácido y muy sabroso. La añada, 2014. Su color, el de la picota.
Su recomendación, versátil para maridar con carnes muy especiadas y sazonadas al estilo oriental, así como con chacinas y quesos cremosos.
Ramón Bilbao Reserva Original 43
Este vino me hizo mucha ilusión, es un vino que se ha creado en honor al dueño de la bodega, Ramón Bilbao hace referencia a que es un “homenaje a la persona que siempre creyó en el vino”. Si te pica la curiosidad, busca la relación entre las Bodegas Ramón Bilbao y Licor 43 😉
En la ficha de cata: “un reserva que parte de una selección muy especial en dos parcelas ubicadas en zona límite de cultivo. Fermenta en tinos de madera a temperatura controlada para realizar después una fermentación maloláctica en barrica y una crianza de 20 meses en roble francés de un solo uso…”
El color es el de la cereza, y también recuerda al olor del regaliz. La enóloga nos invita a catarlo como «el flúor que nos daban en el cole»… le sacarás todos los sabores y los matices tan increíbles que tiene.
En esta ocasión os diré lo que apunté yo en “mi libreta de catas”: color de la cereza, ribete algo más anaranjado que el vino anterior, la lágrima que mide la densidad, nos dice que es muy denso. Sin embargo, es muy suave para ser un gran reserva, (y mi @vinodeesperar) no es un vino seco y permanece en boca un buen rato.
Su recomendación para maridar: guisos de carne, platos de caza y quesos curados.
Nos dice que acompaña maravillosamente platos con setas y trufas, platos de carne, asados y guisos.
Es un vino que deja la copa impregnada de color; te mancha la lengua y permanece en boca. Su color, el de la grosella. Es un vino de autor, que ha pasado su vida en barrica de roble francés y que ha conseguido que una vez más, coma chocolate y saboree esa fusión que solo saben dar estos dos elementos (pero sigue sin gustarme el chocolate!)
Una vez terminada la cata hicimos la visita 3D… no te cuento nada, solo te digo que, una vez más, ¡mereció la pena! Anímate a visitar la bodegas, a vivir la experiencia Ramón Bilbao y a contarnos si pruebas alguno de sus vinos!
Espero que te haya gustado, que compartas y que nos cuentes o aconsejes más bodegas, vinos, lugares que visitar y en los que compartir. Si quieres, ¡vamos juntos!
¡Hasta la próxima!